Año nuevo, metas nuevas. Las vacaciones de Navidad han sido tranquilas, descanso, familia y celebración delante del Belén. He desconectado bastante y he «abandonado» el blog durante unos días, pero ya estamos en marcha. Y el año nuevo traerá muchas cosas nuevas (eso pretendo, a ver cómo se me da la vida).
Me he apuntado a un MOOC «soluciones para el empleo» (podéis entrar en la web pinchando aquí) y tuvimos antes de Navidad un webminar: El camino hasta tus sueños, que me gustó mucho y por eso comparto con vosotros. En la conferencia, se hablaba de las metas, que tienen que ser altas. Hay que apuntar bien arriba y ponerse metas concretas que, como escalones, nos permitan llegar donde nos hayamos propuesto.
Y eso me he propuesto este año, definir las metas y el modo de lograrlas. Poco a poco, sin agobios, pero con el cambio en mente.
Por otro lado, también me han dado estas vacaciones para dedicarme al DIY, que tanto me gusta y que tan mal se me da… (con estas manos porcinas). Pero… he encontrado mi «media naranja» en la lana, que no se me da del todo mal: cuellos, gorros (con telar circular) y alguna bufanda… Y bueno, aunque no lo creáis, esto me ha animado al cambio, porque me demuestra que si quiero, puedo. Siempre que encuentre algo alcanzable. Os lo digo porque mis manualidades son del todo vergonzosas, como podéis ver en la imagen collage que he realizado con las fotos de un romano y un pastor que hice para el Belén del colegio (sí, están hechos por mi, aunque yo dije a la profesora que lo habían hecho mis hijos. Y sí, es un romano, aunque parezca todo menos eso) y con el último gorro que he hecho (para mover la balanza a mi favor y ¡no pasar tantísima vergüenza!):
Bueno, esto de la lana me ha animado tanto, que hasta he pedido a los Reyes una máquina de coser y… ¡me la han traído! Ya os iré contando si soy capaz de hacer algo con ella 😉
Seguro que puedes!!
A cumplir metas!